FRANCISCO MATTO

 

El acervo artístico del BROU está conformado por unas 1300 obras realizadas por artistas nacionales y extranjeros de diversas épocas, distribuidas en las diversas dependencias de la Institución en Montevideo e interior. 

 

Francisco Alberto Matto nació el 18 de octubre de 1911 en la ciudad de Montevideo, Uruguay. Fue un pintor y escultor que dejó una huella en la cultura nacional y forjó una vasta trayectoria artística durante el siglo XX.

A lo largo de su vida, exploró materiales, técnicas y disciplinas. Siendo autodidacta, logró trascender con sus pinturas y esculturas, y generar un sello artístico propio.

Pasó su infancia en una casaquinta del barrio La Blanqueada, lugar donde vivió buena parte de su vida. Se crió en una familia de tres hermanos, marcada por su vinculación por las artes. Su madre, María, escribía poesías, mientras que su padre, también llamado Francisco, era aficionado a la música.

Tuvo la particularidad de que no asistió a la escuela y que recibió clases por institutrices en su hogar. A su vez, tomó cursos de dibujo y pintura del pintor Carlos Rúfalo. Según relataron posteriormente sus tutoras educativas, desde pequeño evidenció talento al pintar y escribir.

Matto mostró especial interés por las formas primitivas y el arte precolombino. Es así que desde 1932 recorrió distintos sitios de Sudamérica, como Buenos Aires, Osorno y Tierra del Fuego. Logró conectar con la cultura de la región, nutriéndose de herramientas que luego fueron inspiración en su obra.

Siendo jóven estudió diversas publicaciones de artistas europeos de vanguardia y siguió desarrollándose en la poesía. Pintó desde murales hasta paredes de su propio cuarto, con formas surrealistas y versos de su autoría.

Desde ese entonces, algunas de sus obras contenían temáticas religiosas, tendencia que volvió a repetirse en su carrera artística. Matto también representó en lienzos diferentes momentos de la vida cotidiana, produciendo retratos, espacios del hogar y escenas públicas.

En 1940 realizó una exposición en el Primer Salón de Artes Plásticas, muestra que fue un quiebre en su recorrido, dado que posteriormente expuso raudamente sus trabajos en diversos salones. Un año después participó del Salón Municipal y del Salón Nacional, mientras que en 1942 fue parte de la exposición Amigos del Arte.

A finales de la década de los años treinta, Matto acudió con frecuencia a encuentros del grupo de Arte Constructivo y a conferencias del pintor, escultor y escritor Joaquín Torres García. Años más tarde, fue uno de los fundadores del Taller Torres García, siendo protagonista de las muestras que llevaba a cabo la organización. Tal fue su compromiso con el taller, que estuvo presente durante los 19 años en los que el centro de enseñanza se mantuvo abierto. Incluso, llegó a ser docente suplantando al pintor Julio Alpuy durante su receso.

Viajó en distintas ocasiones hacia Europa, disfrutando y aprendiendo de obras y autores del viejo continente. Entre quienes lo acompañaron en los vuelos, estuvo Ada Antuña Zumarán, con quien contrajo matrimonio en 1954.

Desde su juventud fue reclutando piezas de arte precolombino y de a poco integró su afinidad por el arte prehispánico en sus trabajos. En 1962 exhibió al público su colección de piezas en el Museo de Arte Precolombino.

Pese a destacarse en el arte plástico, siempre mantuvo viva la pasión por la escritura, incursionó en cuentos, poesías y textos. Entre sus obras están “Pensamientos de un pintor” y “Carta pictórica”.

En el último tercio de siglo, trabajó entre pinturas y esculturas, especializándose en los trabajos sobre la madera. Realizó tótems pintados y produjo, entre otras piezas, la escultura “Nueva York”, exhibida en la muestra colectiva del Taller Torres García en la New School for Social Research.

También participó de varios proyectos de alcance público. Diseñó una moneda a pedido del Banco Central del Uruguay, con valor de mil pesos uruguayos. El trabajo fue reconocido por la organización alemana Gesellschaft Für Internationale Geldeschichtele, por ser la moneda más artística realizada en 1971.

Además, en 1982 creó una escultura de cemento de tres metros de altura instalada en el Paseo de las Américas de Punta del Este. Por su parte, su obra de hormigón armado “Formas y Figuras”, fue colocada en la ciudad colombiana de Medellín, dentro del Parque El Ajedrez del barrio Santa Mónica.

Dueño de una vasta trayectoria, pasó por galerías y exposiciones de diversos países como:  la Sala Monzón de Madrid, II Bienal del Museo de Arte Moderna de San Pablo, el Museo de Arte de las Américas de Washington y distintas exposiciones en Francia, Colombia, Uruguay, México y Argentina.

El 15 de septiembre de 1995, Matto falleció a los 83 años de edad, dejando un legado imborrable en la cultura artística uruguaya.

Doce años después de su desaparición física, se le realizó un homenaje en la 6º Bienal del Mercosur que tuvo lugar en Porto Alegre, con la exposición de varias obras de su autoría.

En 2012 se inauguró la Fundación Francisco Matto, organización que gestiona el patrimonio artístico y difunde se obra en la actualidad. Su biografía y piezas pueden encontrarse en el sitio web franciscomatto.org

 

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