Artista de nuestro acervo
Lacy Duarte Cardoso nació en la ciudad de Mataojo del departamento de Salto, el 15 de setiembre de 1937. Dedicó su vida al arte, conjugando escultura, pintura y grabado. Fue mujer, madre, artista e incansable luchadora social. Duarte forjó una vasta trayectoria marcada por adversidades, a las que pudo sobreponerse, llegando a ser una figura excepcional de la escena artística nacional contemporánea.
Transitó su niñez en un rincón rural de Mataojo, siendo la quinta de diez hermanos. Con 14 años viajó a la ciudad de San Carlos para realizar la secundaria. En 1954 decidió empezar a estudiar dibujo y pintura en el taller de Artes Plásticas Pedro Figari, centro donde conoció a su primer gran maestro: José Cziffery. Duarte dio sus primeros pasos bajo una línea modernista y expresionista.
Posteriormente, conoció y se casó con el pintor Aldo Peralta, con quien contrajo matrimonio en 1959. Fruto de su pareja, nacieron Pablo Francisco y Pedro Pablo, hijos que también se dedicaron al arte.
En la década del sesenta, dictó clases de dibujo, en primera instancia se desempeñó por un breve período en el Taller Pedro Figari de Salto y después comenzó a trabajar como docente de secundaria.
Desde 1967 acudió a clases con el maestro textil Ernesto Aroztegui. Seis años después fundó un taller de tapiz y dio clases de tapiz en el Taller del Museo Americano de Maldonado.
El lenguaje de sus obras refirió en reiteradas ocasiones a lo que representaba ser mujer en la sociedad, a la vida rural y a sus ideales políticos. Duarte se caracterizó por su militancia política y por bregar por los derechos de las mujeres.
Tras nueve años de docencia en el liceo de San Carlos, fue destituida a raíz de la persecución ideológica de la última dictadura cívico militar desarrollada en Uruguay. Junto a su familia tuvieron que trasladarse a Brasil, residiendo en una ciudad cercana a Porto Alegre. A dos años de su partida del país, Duarte volvió con su familia a Maldonado, años en los que ahondó en la técnica del tapiz y creó el taller Duarte Tapices.
En 1981 falleció Peralta, su esposo, por lo que optó por radicarse en el barrio Ciudad Vieja de Montevideo. Al ser destituida y no poder ejercer como docente en secundaria, Duarte tuvo que reinventarse para salir adelante a través de su arte. Según cuentan las personas que la conocieron, siempre fue una persona crítica, con gran sentido del humor y un carácter fuerte, que tenía la entereza de superarse pese a los obstáculos. “En las adversidades encontraba siempre una forma mejor de vivir de la que estaba viviendo”, narró su hijo Pedro en una entrevista mientras se desarrollaba la exposición “Lacy Duarte – Antología (1956-2015)”.
En el transcurso de la década de los ochenta se empezó a inclinar por producir mayoritariamente pinturas. Así, en 1986 desarrolló la primera exposición individual de sus pinturas, en la Galería Vézelay. En ese mismo año integró la delegación uruguaya de la II Bienal de La Habana.
Asentada como una artista de renombre nacional, desde 1990 comenzó a conjugar procesos creativos con distintos materiales y técnicas. Su forma de trabajar combinó a la perfección la pintura, tela tapiz, plástica y tallados en madera. Un ejemplo claro de la fusión de técnicas son los que Duarte denominaba “pintujos”, una mezcla de dibujos, pinturas y, en ocasiones, grabados.
Su obra “Encajonadas”, y sus series “Rituales, mitos, espejos y mentiras”, “Ceibos y panes” y “Manos Limpias”, fueron algunas de los trabajos de su autoría que marcaron distintos momentos de su camino sobre finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI.
Duarte entendió el arte como vía de transformación. En sus piezas abordó temáticas que enfrentaron los ideales dominantes hegemónicos de una sociedad machista y capitalina, desafiando a mostrar la cara del Uruguay rural y denunciando la situación de vulnerabilidad de las mujeres. En la misma línea, fue una artista que expresó su pensamiento en contra de la dictadura cívico-militar, construyendo trabajos que contribuyeron a la preservación de la memoria.
Sus obras recorrieron gran parte del mundo; entre otros museos, exhibió piezas en la Galería Linda Moore de Estados Unidos, en el Museo de Arte Contemporáneo de Río Grande do Sul de Brasil y en el Museo Juan Manuel Blanes. A su vez, también participó de las bienales internacionales de París y Cuenca.
A lo largo de su recorrido recolectó diferentes premios, como el Premio Figari por su trayectoria artística en 2002 y el Premio Salón 90 Aniversario del Banco República.
En 2005 volvió a representar a Uruguay en la 51° Bienal de Venecia y años después integró la Comisión Nacional de Artes Visuales del Ministerio de Educación y Cultura.
Lacy Duarte falleció el 27 de diciembre de 2015 en la ciudad de Montevideo, dejando una huella imborrable en la cultura nacional. Al poco tiempo de su desaparición física, se realizó una muestra sobre su obra organizada por el Museo Nacional de Artes Visuales y el Museo Juan Manuel Blanes.