En el año 1840 Suecia fue el primer país que celebró el Día del Árbol como una forma de generar conciencia sobre la importancia de los recursos forestales en la vida del planeta; informando y sensibilizando a la población sobre la necesidad de conservar el Medio Ambiente.
Los hay de diferentes colores, tamaños y formas, pero todos ellos comparten características indispensables para la vida humana; liberan oxígeno y transforman el dióxido de carbono (CO2) en biomasa, reduciendo el efecto invernadero, son reguladores de los ciclos hidrológicos contribuyendo a evitar inundaciones, previenen la erosión de los suelos, favoreciendo el desarrollo de la agricultura.
Pero también ocupan un lugar importante en la cultura; algunos árboles representan historias o tienen un significado religioso que los hacen especiales. Como el Baobab que es considerado por los habitantes de Madagascar un árbol sagrado puesto que en ellos viven sus espíritus ancestrales, o el Bodhi que, para la cultura budista, fue el lugar de trasformación de Siddharta en Buda. Sus ramas van al cielo, el tronco permanece en tierra y las raíces bajan al inframundo.
En Uruguay se celebra el Día del Árbol el 19 de junio, junto al Natalicio de Artigas y el Día del abuelo, y para esta oportunidad le compartimos los siguientes libros.
Flora indígena del Uruguay: Árboles y arbustos ornamentales, una obra que nos permite conocer exhaustivamente nuestras plantas autóctonas.
Para los que no se conforman con observar y quieren poner manos a la obra, le recomendamos Jardinería para dummies con sugerencias para cualquier jardinero aficionado.
El bosque nos ubica en la historia de New Forest, de donde se sacaron los robles que se emplearon para la construcción de la armada de Nelson, pero que también sirvió como coto de caza a los reyes sajones y normandos, y donde se entrelazan historias de brujería y contrabando.
Ambientada en diversos parajes de Chile y Argentina, el protagonista de El tercer paraíso reconstruye la historia de sus antepasados, al tiempo que ahonda en su pasión por el cultivo de un jardín, en busca de un paraíso personal con la esperanza de hallar en lo pequeño un refugio frente a las tragedias colectivas.
Para los más chiquitos Arriba en las ramas cuenta la historia de dos niños que sueñan con vivir en un árbol; es un paseo en verso por el barrio de Beti y Atilio.
En El jardín de Lili vemos como la naturaleza también puede ser un lugar de pertenencia y donde encontrar una forma de comunicación; es una novela inolvidable, en la que plantas, flores y brotes hablan sobre los cambios y los nuevos comienzos.