Vacaciones, playa, verano, descanso…llegó Enero, un mes asociado definitivamente a todo lo bueno… o no?
En la infancia es la oportunidad de unir lazos con nuestros compinches y experimentar toda clase de aventuras. Aunque las que hoy nos relatan se puedan complicar un poco y terminen en unas Vacaciones Peligrosas.
A medida que vamos creciendo las vacaciones se vuelven el momento ideal para el amor, pero también está aquella frase que dice “Amor de verano” … ¿podrán los protagonistas de nuestro libro cambiar esa creencia y hacerlo durar toda la vida?
Cuando llegamos a la etapa de trabajar todo el año, que un jefe te llame y te ofrezca alojamiento gratis para tus vacaciones, puede ser la mejor noticia. Aunque no siempre las cosas salen como uno espera, y las vacaciones del inspector se trasformen en una investigación más; con el lago de aguas cristalinas que iba a disfrutar como eje central de su problema.
Los lugares donde pasamos unos felices veranos es quizás donde buscamos ir para refugiarnos y recuperarnos de los malos momentos vividos, pero en La casa de la Playa, es donde un hombre encuentra fuerzas para investigar por qué lo acusan del asesinato de su propia esposa.
Estos lugares con el paso de los años, nos llenan de recuerdos, y para rememorarlos existen libros como la Historia de Punta del Este, que nos lleva al pasado para recordarnos viejos relatos.
Sin embargo, para otros, las vacaciones, la playa, el verano son sinónimos de la época para no hacer nada, solo descansar, estar en paz… aunque Tadeo ese día tenía claro que iba a ser para siempre.